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HISTORIA DE SCHEEPJES
En 2010, tras 22 años en pausa, la lana holandesa Scheepjes vuelve a comercializarse.
La historia de la lana Scheepjes está muy arraigada al sitio donde todo comenzó, en Veenendaal, provincia de Utretch. Alrededor de 1750, la explotación de lana era la industria más prominente en esta zona del país. En un principio, sólo se peinaba e hilaba la lana para después venderla.
Pero en 1799, Dirk Steven vn Schuppen fue más allá. Los granjeros le llevaban la lana sin tratar a Dirk Steven, que había comprado peinadoras y limpiadoras para tratar la lana. La lana procesada, se le llevaba a las mujeres de la zona para que la hilaran. Una vez hilada, se devolvía a la fábrica de Dick Steven para teñirla y posteriormente, tejerla.
Esta compañía siguió creciendo cada vez más, hasta que en 1885, más de 100 años después de su fundación, tenía alrededor de 300 empleados.
En la segunda mitad del siglo XIX, se fue modernizando la industria con la compra de nuevas máquinas. Alrededor de 1930, fue cuando se cambió el nombre a Scheepjeswol. En 1962, Scheepjeswol tenía alrededor de 900 empleados, ya que después de la Segunda Guerra Mundial, se había expandido y modernizado la industria.
En la segunda mitad de los 60 la empresa comenzó a tener dificultades. Se introdujo la jornada laboral de 5 días, lo que causó una bajada de la producción. En los 70 hubo más dificultades: comenzaron a llegar productos de fuera de la UE a un precio más económico, lo que hizo que Scheepjeswol entrara en bancarrota en 1988.
22 años después, la familia De Bondt, unos empresarios de la zona de Tynaarlo, Drenthe, tomó el nombre de Scheepjes y le dio una nueva vida.